Gases Renovables – Actualidad y Perspectivas con Brais Armiño
El pasado 14 de enero tuvimos de la mano de Víctor Baeschlin el placer de contar con Brais Armiño, experto en combustibles sostenibles y socio de atlantHy, para profundizar en uno de los temas clave de la transición energética: los gases renovables.
En este video, te traemos la charla completa, repleta de información imprescindible para entender qué son los gases renovables, su papel actual y su potencial para el futuro.
🔍 En este video descubrirás:
- Qué son los gases renovables y qué tipos existen (hidrógeno verde, biogás, amoníaco, e-fuels, entre otros).
- El estado actual de estas tecnologías en España y el mundo.
- Qué papel juegan en la transición energética y cómo pueden integrarse en el sistema.
- Los principales desafíos regulatorios y económicos que enfrentan estas tecnologías.
💡 Si te interesa el sector energético y quieres estar al día sobre las tendencias más relevantes, este video es una oportunidad única para aprender de un experto del sector.
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Transcripción del vídeo
Introducción
VICTOR:
Yo soy Víctor Baeschlin de Transición Energética y conmigo hoy tenemos a Brais Armiño. Ahora, si quieres, Brais, te presentas tú un poco.
La idea hoy es hablar sobre gases renovables, que es el ámbito que maneja Brais, y ver un poco la actualidad, las perspectivas, y cómo van a afectar en la transición energética.
Y poco más, los que lo estéis viendo, si podéis compartirlo, se agradece. Y si lo estáis viendo después, dadle like, me gusta, lo que sea, para que llegue a más gente porque se agradece mucho.
Y nada, Brais, ¿qué tal?
BRAIS:
Muy bien, Víctor, y muy agradecido de que nos hayas invitado a venir aquí.
¿Quién es Brais Armiño?
VICTOR:
Nada, hombre. Cuéntanos un poco quién es Brais, qué hace actualmente a nivel laboral y también a nivel divulgativo, que sé que le metes caña. Cuéntanos un poco.
BRAIS:
Sí, sí. A nivel divulgación hay que decir que estos minutos de retraso que comentabas son perfectamente entendibles. Entre muchas cosas que hago o hacemos desde mi empresa, una de ellas es precisamente la divulgación.
Tenemos un podcast llamado El Podcast del Hidrógeno, que muchas veces hacemos en diferido, no en directo. Hay un montón de obstáculos, desde cuando invitas a alguien y el firewall de la empresa lo complica, hasta el ruido de fondo, los auriculares, el wifi, o incluso que alguien se olvide. Estas cosas pasan.
Así que bueno, un capote porque de verdad es normal que surjan estas cosas durante la grabación.
Preguntándome un poco quién es Brais, diría que soy un emprendedor del sector de los combustibles renovables y la captura de carbono.
Soy emprendedor porque actualmente tengo una empresa desde hace cuatro años que se llama atlantHy. Pero también porque creo que ser emprendedor es un estado de ánimo, alguien que siempre busca soluciones y mejora las cosas. Eso ha sido así toda mi vida.
Decidí hacerlo en el ámbito que más interés y rabia me ha causado: el mundo de la sostenibilidad. Creo que estamos luchando contra el mayor desafío que hemos tenido nunca, el calentamiento global, y ahí es donde quiero aportar mi grano de arena.
Desde pequeño lo tuve claro. Estudié Ingeniería de la Energía en Vigo y luego hice un doble máster en Energías Renovables: el primer año en Estocolmo y el segundo en Lisboa. En Estocolmo aprendí mucho; en Lisboa me lo pasé muy bien.
Fue justo el año del COVID. Mi socio, Javier Pollos, y yo decidimos fundar atlantHy. Javi siempre bromea diciendo que nos traicionó porque se fue al mundo de la energía solar, pero era complicado encontrar trabajo en esa época.
Ya en el máster habíamos estudiado bastante sobre hidrógeno y vimos una oportunidad: había una carencia de conocimiento. A partir de ahí nace El Podcast del Hidrógeno, que empezó un poco antes que atlantHy. Desde entonces ayudamos a empresas en el mundo del hidrógeno, combustibles sintéticos y captura de carbono.
Eso sí, quiero hacer una matización, Víctor. En gases renovables sé mucho de hidrógeno y derivados, pero no tanto de biometano o biogás. Aunque seguro que algo puedo aportar.
¿Por qué especializarse en hidrógeno?
VICTOR:
Algo veremos. Vale, vale, vale.
Dentro de la carrera y el máster, entiendo que eran algo más genéricos. ¿Por qué te especializaste en hidrógeno?
BRAIS:
Pues hace no mucho desvelé esto, en un podcast de un buen amigo, Marco Rupert. Es una historia curiosa. Fue una serendipia absoluta.
Cuando estudiaba en Estocolmo, conocí a Javi. En un trabajo del máster nos pidieron escoger un tema. En Suecia la universidad es diferente: tienen acuerdos con gobiernos, municipalidades, ayuntamientos, y haces trabajos para ellos.
Uno de los proyectos disponibles era estudiar la economía del hidrógeno en Gotland, una isla sueca que busca ser climáticamente neutra para 2040. Tienen mucha eólica offshore, pero una conexión limitada con tierra. Empezamos con el trabajo y, a raíz de eso, nos invitaron a un evento profesional.
Tuvimos que decir que éramos investigadores para liderar una mesa redonda sobre hidrógeno. Era un evento sobre islas sostenibles con ministros y expertos. Tuvimos que convertirnos en expertos de hidrógeno en una semana. Fue estresante, pero nos dejó una semilla: vimos que era interesante y necesario.
Si queremos descarbonizar de verdad, el hidrógeno tiene su hueco. En Lisboa todo lo hicimos relacionado con hidrógeno. Incluso desarrollamos hidrógeno offshore con EDP en nuestro trabajo de fin de máster. Ese trabajo resultó ser el primer paper mundial sobre hidrógeno offshore.
A veces, los caminos de la vida te llevan por lugares inesperados. Como en la película Di que sí, hay que decir sí a todo.
El origen de la especialización en hidrógeno
VICTOR:
¡Qué bien, qué curioso el origen! Al final hay que especializarse un poco, porque si abarcas demasiado, es más complicado.
Bueno, ya que hemos hablado de quiénes sois y qué hacéis, vamos a entrar en materia. Para empezar, ya que hablas del hidrógeno, cuéntanos un poco qué tipos de hidrógeno hay, cuáles son los que más aportan a la transición energética o a la descarbonización, y dónde se pueden aplicar.
BRAIS:
Ese es el módulo uno de hidrógeno, ¿no?
El hidrógeno no es algo nuevo, aunque quizá no escucháramos hablar tanto de él hasta ahora porque ha estado muy reservado al ámbito industrial. A nivel mundial, se consumen aproximadamente 100 millones de toneladas de hidrógeno al año. Es una auténtica barbaridad en términos económicos, estamos hablando de miles de millones de euros.
Por ejemplo, la producción de hidrógeno supone hoy en día el 2% de las emisiones globales de Europa. Su uso está muy enfocado a grandes refinerías y plantas de producción de amoníaco, ámbitos que quedan bastante alejados de nuestra visión diaria.
Para quien sea más neófito, el hidrógeno es un gas incoloro e inoloro. Incluso si te rocían con hidrógeno, no lo ves ni lo notas. Lo digo porque lo he experimentado: hay discotecas que te ofrecen chupitos de oxígeno o nitrógeno, y seguro que podrían hacer algo parecido con hidrógeno.
Además, el hidrógeno tiene la ventaja de que es un gas que encierra energía. Aunque no se encuentra libre en la naturaleza, se puede producir, y una vez generado puede utilizarse en muchas aplicaciones:
- Generar calor quemándolo.
- Producir electricidad.
- Usarlo como combustible en movilidad.
También se emplea en la industria para producir compuestos como amoníaco o metanol, que son esenciales para fertilizantes o como materias primas para plásticos y otros productos.
Aplicaciones industriales y nuevas perspectivas del hidrógeno
El hidrógeno también tiene aplicaciones en la producción de acero. Por ejemplo, en los altos hornos actuales se utiliza carbón para eliminar el óxido del hierro. Ese proceso genera CO2, pero el hidrógeno podría reemplazar al carbón y producir vapor de agua en lugar de dióxido de carbono.
Hoy en día, el hidrógeno ya se produce y utiliza ampliamente, pero expandir su uso requiere un aumento considerable en su producción. Aunque al quemarlo solo genera agua, el problema está en cómo se produce.
A diferencia del gas natural o el petróleo, que se extraen directamente de la naturaleza, el hidrógeno siempre debe extraerse de otros compuestos, como el gas natural, el carbón o el agua. Actualmente, la mayor parte del hidrógeno se obtiene de combustibles fósiles, lo que genera grandes cantidades de CO2. Esto es lo que conocemos como:
- Hidrógeno gris: obtenido del gas natural.
- Hidrógeno marrón o negro: obtenido del carbón.
Nuestro objetivo debe ser producir hidrógeno verde, que se genera a partir de energías renovables mediante electrólisis del agua. Al usar energía renovable para dividir la molécula de agua (H2O) en hidrógeno (H2) y oxígeno (O), podemos obtener un combustible limpio que solo genera vapor de agua al utilizarlo.
Almacenamiento del hidrógeno: retos y soluciones
VICTOR:
Entonces, hablamos de usar electrólisis para convertir agua en hidrógeno utilizando energía renovable. Luego eso se almacena a presión, ¿verdad?
BRAIS:
Exacto. El hidrógeno es una molécula muy pequeña y ligera, lo que significa que ocupa mucho espacio pero tiene poca masa. Por eso, para almacenarlo en volúmenes manejables, es necesario comprimirlo.
Un ejemplo: una típica bombona de butano en casa trabaja a 15 bares de presión. En comparación, un vehículo de hidrógeno opera a 700 bares, y un vehículo de gas natural comprimido, a 200 bares. Esto supone mayores costes en tanques y energía para comprimirlo, pero es técnicamente viable.
VICTOR:
¿Y a 700 bares, cuánta densidad se alcanza?
BRAIS:
Aproximadamente 40 kilos por metro cúbico. En un depósito estándar de un coche de hidrógeno, puedes almacenar alrededor de 5 o 6 kilos, mientras que un depósito de gasolina equivalente puede contener mucha más energía debido a la mayor densidad energética de la gasolina.
VICTOR:
Claro, pero también implica retos en cuanto al peso del tanque y la infraestructura.
BRAIS:
Sí, los tanques deben soportar altas presiones, lo que los hace pesados. Además, a escala macro, cuando almacenamos hidrógeno en cavidades geológicas, necesitamos tres veces más espacio que para almacenar gas natural. Es un desafío logístico y técnico, pero es solucionable. Por eso, soy muy fan de las tuberías de hidrógeno, que eliminan parte de estos problemas y reducen costes.
Compatibilidad de la red de gas natural con el hidrógeno
VICTOR:
Entonces, esto que se habla mucho de reutilizar la red de gas natural para meter hidrógeno, ¿en principio no serviría directamente?
BRAIS:
Sí… pero no. Me explico.
Esa idea surge en 2020, cuando el hidrógeno estaba en pleno auge. Se hablaba de muchos proyectos, políticas e iniciativas, y parecía que el hidrógeno era la panacea, el futuro, y que iba a solucionarnos muchos problemas económicos y medioambientales.
¿Qué ocurre? Para empezar, el gas natural seguirá utilizándose en España durante muchos años. No tiene sentido prescindir completamente de la infraestructura de gas natural para dedicarla exclusivamente al hidrógeno, aunque técnicamente fuera posible realizar un cambio del 100%. No podemos permitirnos dejar desabastecidas a ciertas zonas.
Eso sí, algunas tuberías sí que se reconvertirán, pero aquí viene la clave: una red de gas natural no son solo tubos. Los tubos pueden ser lo de menos, ya que incluso con una impregnación podrían adaptarse para ser compatibles con el hidrógeno. Sin embargo, la red incluye válvulas, estaciones de compresión, sensores y otros componentes que no son compatibles con el hidrógeno.
Cuando nos vamos aguas abajo, hacia las redes de distribución y el consumidor final —que es el eslabón más débil de toda la cadena—, es aquí donde se descarta casi por completo la posibilidad de reutilizar la red para el hidrógeno.
Se hablaba mucho del «blending», que es la mezcla de hidrógeno con gas natural en la misma red. Pero en España, este blending quedará limitado al 2% de volumen de hidrógeno dentro de la red de gas. Es un porcentaje tan pequeño que no tiene un impacto significativo, ni medioambiental ni económico. En otras palabras, el blending no compensa y reutilizar la red actual de gas para hidrógeno de forma generalizada no es viable.
Elección de tecnologías renovables y costes de producción de hidrógeno
BRAIS:
Yo me quedo con la eólica. ¿Por qué? Porque en el mercado eléctrico, las obras de fotovoltaica van a ser mucho más baratas en el futuro, mientras que las de eólica no tanto. Entonces, si me das a elegir, yo me quedo con la eólica, vamos, de autoconsumo de calle.
Lo que estamos viendo es que los proyectos que tienen hibridación, y aquí tenemos muchos clientes que nos contratan para realizar estudios de viabilidad y demás, están alcanzando costes totales de energía en torno a los 40 euros en autoconsumo. No hay forma de competir con eso, no hay forma.
Por ejemplo, nosotros fuimos los asesores técnicos del MIPGAS, el índice de precios del hidrógeno, y nos salía un precio de 5,85 euros por kilo de hidrógeno. Pero cuando haces un autoconsumo completo, siempre asumiendo algún consumo de red, puedes bajar hasta los 4,5 euros fácilmente. Esto supone una reducción de casi un euro y medio por kilo de hidrógeno. Puedes pasar de 110 euros por megavatio hora a 150 o 160 euros, dependiendo del caso.
VICTOR:
Hablamos de hibridar fotovoltaica y eólica.
BRAIS:
Eso sería lo ideal.
VICTOR:
Sí, al final es una buena opción. Las baterías creo que no saldrán rentables, pero su funcionamiento podría ser para producir hidrógeno cuando tienes recursos renovables y usar la red para servicios auxiliares, poco más.
BRAIS:
Exacto, pero has tocado un punto interesante, Víctor. Las baterías quizá no sean rentables desde un punto de vista cuantitativo, pero hay que tener cuidado con el cualitativo.
¿Qué quiero decir con esto? Que cuando analizas las sensibilidades de un proyecto, hablas con bancos o desarrolladores, las baterías pueden aportar valor. Por ejemplo, hay una tecnología como la alcalina, que es más barata y eficiente, pero tiene desventajas: no puedes enfriarla, tiene peores adaptaciones a la variabilidad de potencia y, cuando está fría, puede tardar horas en encenderse.
Si tienes un consumo sin conexión a la red o con una conexión muy limitada, las baterías pueden ser un respaldo útil. Aunque impliquen una inversión inicial más alta, te ahorran costes en el electrolizador, aumentan la producción de hidrógeno y pueden incluso reducir el coste del capital, ya que los financiadores pueden confiar más en una solución con un aporte energético constante.
No digo que esa sea la solución ideal para todos los casos, pero cualitativamente puede ser interesante hibridar con baterías, sobre todo si los costes siguen bajando, como hemos visto hasta ahora.
Demanda de hidrógeno y proyectos en España
VICTOR:
Está claro. Seguro que veremos proyectos interesantes. Igual que ahora hay mucho movimiento en torno a los centros de procesamiento de datos, donde se mete consumo asociado, veremos electroizadores vendiendo hidrógeno. Pero, Bryce, a nivel de demanda, ¿los proyectos que se conectan en España están absorbiendo esa producción?
BRAIS:
Bueno, la verdad es que no. Los proyectos que se han hecho sí, porque siempre nacen de un consumidor concreto. Pero aquí hay algo curioso. Cuando empezó todo este boom del hidrógeno en 2020, había una mentalidad muy centrada en las renovables. Era típico escuchar: «Tengo terreno, hay una subestación a 15 kilómetros, hago mi planta fotovoltaica, llevo la línea, me conecto y el mercado ya se encargará de gestionar el resto».
Era normal que te llamaran diciendo: «Tengo una finca en Castilla-La Mancha por la que pasa un gasoducto. Voy a poner paneles solares, conectarme al gasoducto e inyectar hidrógeno». Había muchas ideas mal planteadas que han caído, pero eso ha dejado espacio para proyectos más serios y sólidos.
Los proyectos actuales nacen a partir de un consumidor o mercado claro. Por ejemplo, Iberdrola tiene dos proyectos así, y algunos más pequeños nacen a partir de consumidores que garantizan una compra. Esto permite estructurar un project finance interesante.
Proyectos futuros y diversificación de aplicaciones del hidrógeno
En España, hoy en día se producen y consumen alrededor de medio millón de toneladas de hidrógeno. Los próximos proyectos serán mucho más diversos:
- Producción de hidrógeno para plantas de amoníaco.
- Plantas petroquímicas que lo usan para refinar petróleo.
- Producción de metanol.
- Amoníaco para exportar o utilizar en transporte marítimo y aéreo, como en combustibles sintéticos de aviación.
Lo que viene ahora será muy diverso, con un enfoque más industrial que renovable. Eso podría volver a cambiar si se materializa el hidroducto a partir de 2030.
La densidad del hidrógeno y su aplicación en combustibles sintéticos
VICTOR:
Vale, pues antes de entrar en cuestiones como marcos regulatorios o los objetivos para avanzar en este tema, hay algo que se menciona mucho: la idea de refinar o reformar el hidrógeno para crear amoníaco o combustibles sintéticos que puedan utilizarse en otros fines. ¿Qué nos puedes contar sobre eso?
BRAIS:
Sí, de eso sí que puedo hablarte con profundidad. Lo que no manejo tanto es el tema del biometano o el biogás. Pero en cuanto a amoníaco, metanol y combustibles sintéticos, sí que estamos bastante involucrados en proyectos relacionados.
El hidrógeno tiene un problema importante: es súper poco denso, muy volátil y difícil de manejar. Incluso comprimiéndolo al máximo, como mencionábamos antes, apenas puedes meter unos pocos kilos en un depósito. Por eso, una de las soluciones es combinar el hidrógeno con otras moléculas, como el CO2, para formar compuestos más estables como el metanol, el metano, el queroseno, el diésel o incluso la gasolina. También puedes combinarlo con nitrógeno del aire para formar amoníaco.
El amoníaco, aunque es un gas, se comporta de forma distinta: al enfriarlo a -33 grados o comprimirlo a 10 bares, se convierte en un líquido. Esto lo hace mucho más manejable y útil para ciertos sectores, como el marítimo, donde hay una necesidad urgente de descarbonización.
Descarbonización en el sector marítimo
El combustible que utilizan los barcos actualmente es terriblemente contaminante. Básicamente, queman lo que queda al final del proceso de refinamiento del petróleo, conocido como fuel oil. Es una sustancia de muy baja calidad, extremadamente dañina para el medioambiente. Aunque en Europa ya se están utilizando versiones con menor contenido de azufre, siguen siendo combustibles muy sucios.
En este contexto, estamos viendo diferentes alternativas:
- Biocombustibles, como el diésel renovable.
- Biometano líquido, que puede almacenarse en los depósitos actuales de gas natural líquido.
- Electricidad, aunque llenar un barco de baterías sería inviable por el peso y la capacidad de carga necesaria.
- Hidrógeno y combustibles derivados, que es donde entra en juego el amoníaco.
El hidrógeno como tal no es una opción práctica para los barcos debido a su baja densidad energética. Por mucho que llenes los depósitos, apenas consigues almacenar energía suficiente para el viaje. Sin embargo, los combustibles sintéticos producidos a partir de hidrógeno y otras moléculas permiten trasladar la electricidad renovable generada en parques eólicos o fotovoltaicos directamente al depósito del barco.
Usos principales del amoníaco
El amoníaco tiene dos aplicaciones principales:
- Combustible en el sector marítimo: Aunque no tiene la misma densidad energética que el fuel oil, es una opción viable para descarbonizar el transporte marítimo.
- Producción de fertilizantes y otros productos: Actualmente, el amoníaco se utiliza para producir fertilizantes, explosivos y urea, entre otros. Sin embargo, la mayoría se produce a partir de hidrógeno extraído de gas natural, lo que genera grandes cantidades de CO2.
Además, hay investigaciones para usar el amoníaco como portador de hidrógeno, rompiéndolo en el destino para extraer nuevamente el hidrógeno. Aunque esto ya es posible a nivel industrial, no creo que sea una solución eficiente en la mayoría de los casos. También hay estudios para emplearlo en la producción de acero, pero esos son todavía desarrollos emergentes.
En resumen, el amoníaco es una pieza clave tanto para descarbonizar el transporte marítimo como para sustituir los procesos actuales de producción en la industria química.
VICTOR:
Ok, superinteresante. Y a nivel de aviación, también se planteaba ahí Airbus, había para 2035, pero no sé si llegarán.
BRAIS:
¿Ese era de hidrógeno o…? Sí, los conceptos ZEROe de Airbus son de hidrógeno. De hecho, bueno, nosotros somos formadores de Airbus, vamos allí a darles muchas veces cursos y demás sobre hidrógeno, y Airbus, para empezar, es una empresa que tiene que justificar investigación y alineamiento con directivas europeas y demás. Yo tampoco sé si llegarán a 2035, pero la verdad es que tienen gente muy buena y muy capaz trabajando allí, así que confío en que sí.
VICTOR:
¿Pero los aviones serían con hidrógeno líquido?
BRAIS:
Sí, serían con hidrógeno líquido. Lo que pasa es que, como te decía antes, no es suficiente comprimirlo a 700 bares, porque la densidad de 40 kilos por metro cúbico sigue siendo insuficiente. Entonces, ¿qué haces? Lo enfrías. Lo licúas, y entonces se vuelve mucho más denso, como sucede con el gas natural. Por ejemplo, el transporte internacional de gas natural se hace con gas natural licuado.
El problema es que el hidrógeno se licúa a menos 253 grados, prácticamente al cero absoluto. El gasto energético para licuarlo es brutal. Es decir, si algún día el hidrógeno va a funcionar en aviación, será algo caro y, aún así, su densidad energética será baja. Por eso, los aviones de hidrógeno tendrán que limitarse a vuelos de corta distancia. Airbus habla de rangos de entre 2.000 y 3.000 kilómetros.
Para vuelos de larga distancia, sí o sí, se seguirá utilizando keroseno, que es lo que se usa hoy en día. Pero, como te decía antes, cuando combinas hidrógeno con CO2, puedes formar keroseno sintético. Esto ya se está explorando mucho, y nosotros participamos en proyectos para producir este tipo de keroseno, que directamente se puede utilizar en los aviones actuales.
VICTOR:
Claro, porque aunque tengas un avión de hidrógeno en 2035, la flota no se renueva de un día para otro.
BRAIS:
Exacto. La vida útil de los aviones es de unos 20 años, y la de los barcos es aún mayor, unos 40 o 50 años. Así que los barcos que se están comprando hoy en día son los mismos que, en teoría, deberían estar descarbonizados en 2050. Esto nos obliga a pensar en combustibles sintéticos que puedan ser usados en la infraestructura actual.
Hablando del keroseno sintético, se espera que para 2050 o 2060 represente aproximadamente el 35% de la demanda mundial de keroseno. El resto se cubrirá con biocombustibles y otras alternativas provenientes de biomasa, como el famoso EDFA o rutas tipo Fisher-Tropsch.
Limitaciones normativas para el desarrollo del hidrógeno
VICTOR:
Vale, perfecto. Entonces, ya nos queda una imagen clara del hidrógeno: directamente puede sustituir consumos como el del acero o los fertilizantes, y también se puede combinar con CO2 para producir combustibles sintéticos. Ahora bien, hablando del CO2, ¿cómo se asegura que sea «verde»? ¿Se recoge de algún sitio en concreto o se obtiene, por ejemplo, quemando biomasa?
BRAIS:
Es una muy buena pregunta. Depende de quién lo proponga. Por ejemplo, las cementeras generan mucho CO2 y dicen: «Déjanos utilizar el nuestro». Una cementera puede generar un millón de toneladas de CO2 al año, pero solo un 20% es renovable o biogénico.
El resto proviene de procesos como la calcinación del carbonato cálcico para producir clinker, lo cual emite grandes cantidades de CO2. Según la normativa europea, este tipo de emisiones no se consideran renovables.
Europa ha establecido dos plazos clave:
- Hasta 2035, se puede utilizar cualquier tipo de fuente de CO2.
- A partir de 2035, las emisiones de centrales eléctricas ya no serán válidas.
A partir de 2041, solo se podrá utilizar CO2 biogénico. Esto significa que cualquier proyecto que no utilice fuentes renovables de CO2 será difícilmente rentable a largo plazo.
Estado actual del sector del hidrógeno
VICTOR:
Y para cerrar, ¿en qué punto estamos ahora a nivel normativo en Europa y en España? ¿Qué pedirías para que este sector avance más rápido?
BRAIS:
La situación actual es positiva, pero moderadamente optimista. Hubo un boom en 2020 que generó mucha ansiedad y atrajo a muchas empresas que buscaban una rápida rentabilidad, pero muchas de ellas se han desinflado.
Ahora estamos viendo proyectos más sólidos, con bases más realistas y bien planteadas. España tiene un potencial enorme gracias a sus recursos energéticos. Acabamos de ver una gran inversión anunciada en Abu Dhabi, con Madrid como centro de operaciones para Europa.
Sin embargo, hay retos importantes:
- Trámites administrativos: Desarrollar proyectos de hidrógeno en España es complicado, sobre todo para plantas pequeñas.
- Conexiones eléctricas: La red eléctrica es un gran cuello de botella. Es inaceptable que para saber si tienes conexión en una subestación tengas que pagar hasta 40.000 euros por megavatio, o que te obliguen a asumir reformas millonarias en puntos de conexión para después cederlos prácticamente gratis.
VICTOR:
Al final, la red eléctrica funciona como un monopolio natural, tal como establece la ley del sector eléctrico.
BRAIS:
Exacto. Y mientras no resolvamos eso, será muy difícil que avancemos al ritmo necesario.
Aspectos normativos y autorizaciones para plantas de hidrógeno
BRAIS:
Estaba contemplado en los APQs ni nada por el estilo, había algún escrito de antes del 2000, de hecho, si no recuerdo mal, del propio Ministerio, pero bueno, que se solventa con normativa americana, con la NFPA, se solventa siendo prudente también y utilizando las medidas más restrictivas que puedas imaginarte aquí. Es una planta industrial, al final lo tramitas como una planta industrial, entonces está todo perfectamente contemplado porque las baterías, entre comillas, no había en España.
Hidrógeno sí que había, había generación de hidrógeno, almacenamiento había, transporte por carretera había, transporte por tubería en España no, pero en Europa hay cientos de kilómetros de tuberías de hidrógeno. A veces es un poquitín más restrictivo de lo que nos gustaría, pero bueno, igual mi equipo técnico me mata mañana y me dice, oye, es que sí que es un dolor de cabeza de cuidado. Yo no les veo tomarse los sesos demasiado con eso, o sea, creo que está bastante definido.
VICTOR:
Y para autorizar las plantas, el órgano sustantivo, ¿funciona igual que en los proyectos eléctricos? ¿Se tramitan con industria?
BRAIS:
La planta renovable no, pero bueno, depende también de la comunidad, pero sí, con industria.
Cierre y reflexiones sobre el potencial del hidrógeno
VICTOR:
Pues nada, Brais, creo que no nos hemos dejado nada, ¿no? Yo creo que ha quedado claro a grandes rasgos. Para el que no sepa mucho, sabe ya lo que es el hidrógeno verde y el potencial, porque yo creo que tiene un gran potencial para descarbonizar.
BRAIS:
El potencial es muy grande. Tenemos que ser capaces de liberalizar el mercado eléctrico y de instalar más renovables sin tantos frenos. Una vez que logremos eso, España puede marcar la diferencia.
Por ejemplo, cada año España pierde entre el 2% y el 3,5% del PIB comprando productos petrolíferos del exterior, de países como Argelia, Catar o Rusia. España es el segundo mayor comprador de gas natural ruso en la Unión Europea. Esto nos pone en una situación de dependencia terrible.
Podríamos producir todo eso aquí, no solo con hidrógeno, sino también con renovables, baterías, biometano, biogás… Si esos 50.000 millones de euros que gastamos cada año se quedaran aquí, sería una forma clara de crecer. Así es como creces, entendiendo cómo funcionan los flujos de dinero.
En lugar de enviar ese dinero fuera, podríamos quedárnoslo para pagar mejores salarios, bajar impuestos o fomentar la industria local. Este es el futuro que debemos apoyar. Y no solo es lo que producimos aquí, sino también lo que podemos exportar.
El hidrógeno que transportas por barco es caro, pero si lo envías por tuberías, el coste adicional es mínimo. Mandarlo de España a Alemania puede costar 30 céntimos, mientras que transportarlo desde Chile por barco puede costar más de un euro y medio. El potencial que tenemos es enorme, aunque otros lo estén viendo más claramente que nosotros.
VICTOR:
Sí, está claro que en los próximos años la geopolítica va a girar mucho alrededor de esto. El petróleo irá a menos, y los que puedan producir y exportar este tipo de energía serán los que más destaquen.
BRAIS:
Ojalá.
Importancia de la sensibilización y del consumo local
VICTOR:
Poco a poco iremos aprendiendo. También es importante que la gente conozca este tipo de cosas. Aunque no sea algo tan directo para el consumidor final, las industrias deben saber que, aunque paguen un poco más por hidrógeno verde producido en España, estarán fomentando una industria que, a largo plazo, puede ser beneficiosa para el país.
BRAIS:
No vamos a engañar a nadie: hoy por hoy, el hidrógeno es caro. Pero ese es el objetivo, y por eso iniciativas como la tuya o la nuestra son tan importantes. Cuanta más gente conozca estas cosas, más mentes estarán sumando esfuerzos. Nunca sabes dónde siembras y dónde vas a recoger en el futuro.
VICTOR:
Totalmente. Pues nada, Brais, muchas gracias a ti por participar. Ha sido un buen rato, creo que la gente ha aprendido bastante.
Agradecimientos y cierre del directo
VICTOR:
Creo que no hay comentarios esta vez, la gente no se ha animado, muy mal ahí.
BRAIS:
(Risas) Sí, pero bueno.
VICTOR:
Luego subiremos esto a YouTube y lo compartiremos. A ver si la gente va comentando y preguntando cosas. Y nada, seguid a Brais, a Atlanti, y al Podcast del Hidrógeno, que está muy bien también.
BRAIS:
Gracias, Víctor. Seguimos en contacto.
VICTOR:
Un abrazo.
BRAIS:
Un abrazo. Chao.